El Reino de los Cielos Es interesante que a lo largo del libro de la Biblia de Mateo, se cita a Jesús diciendo que "el Reino de los Cielos" es la esperanza de la humanidad justa. Por lo tanto, (ya que la mayoría de la gente cita a Mateo) muchos han llegado a creer que la esperanza que deberían estar tratando de alcanzar es la vida en el cielo. ¡Pero note que las palabras Reino del Cielo no parecen ser las de Jesús! Más bien, parecen ser una corrupción que entró en los textos del Evangelio de Mateo (solo) a principios del siglo II dC cuando se tradujo de su idioma arameo original al griego. Porque en Marcos y Lucas (cuyos evangelios parecen haber sido originalmente escritos en griego) encontramos a Jesús llamándolo 'el Reino de Dios' siempre que citan las mismas palabras de Jesús. Y aunque es un hecho que las palabras no son tan diferentes; darse cuenta de que buscar el Reino de Dios no necesariamente significa que una persona está tratando de llegar al cielo. Más bien, puede significar que están buscando la salvación bajo el gobierno del Reino de Dios. Note, por ejemplo, la pregunta que le hicieron los apóstoles de Jesús poco antes de su ascensión al cielo, como se encuentra en Hechos 1: 6: 'Señor, ¿vas a devolver el Reino a Israel ahora?' Como puede ver, su comprensión del significado del Reino en ese momento no era de un reino en el cielo. Más bien, estaban buscando el restablecimiento de un Reino terrenal de Israel y el final de la dominación romana (gentil). Por lo tanto, las muchas referencias al "Reino de los Cielos" en el libro de Mateo y de las personas que intentaban alcanzarlo no necesariamente significaban que los primeros cristianos buscaban la vida en el cielo después de su muerte. Más bien, al principio todavía esperaban un Reino terrenal de Dios que sería gobernado desde los Cielos. Entonces, ¿estamos diciendo que el libro de la Biblia de Mateo puede no ser siempre confiable? Sí, lo somos, especialmente cuando las palabras de Jesús difieren sustancialmente de lo que se cita en el libro de Lucas (que ha visto menos corrupción a través de los siglos).
Jerusalem, August 18th, 1891. To the Honorable BARON HIRSCH. RESPECTED SIR: – I, a Christian, but a lover of the seed of Jacob, especially because of the promises of God yet remaining to them and the Holy Land, address you upon a subject which I know lies close to your heart. That you may know of my interest in your people, I will cause to be sent to you a copy of each of two volumes of my own writings, in which the promises of God to your nation are cited and commented upon. At present, accompanied by my wife, I am in Palestine, taking a hasty view of the land of promise and its people, and considering the prospects of the soon fulfilment of the predictions of the prophets. As you will see from my books, we find the testimony of the prophets to be, that your nation will be greatly blessed and returned to divine favor between now and the year 1915, A.D. The present persecutions in Russia we believe to be a mark of divine favor rather than the reverse. The Lord declares that ...
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